A mediados de este mes comienza la primavera, estación que se traduce en todo el mundo en una explosión de colorido de la naturaleza. En Anaga, este despliegue cromático se sobrepone al intenso manto verde del invierno, ofreciéndonos unos paisajes de ensueño.
Desde la costa hasta las cumbres, en las laderas y en los fondos de los barrancos, aparecen las flores que propagan la vida vegetal del macizo. Sólo basta darse una vuelta y nos encontraremos con los riscos recubiertos de las llamativas flores de bequeques Aeonium sp. y angojas Sonchus acaulis; los montes adornados de blancos y azules tajinastes Echium leucophaeum y E. virescens, de brezos Erica arborea que tornan su follaje verde en blanco de tantas pequeñas flores que presentan, de flores de mayo Pericallis sp. que ponen un toque distinto con sus pétalos malvas, de las grandes campanillas de las bicacareras Canarina canariensis todo un símbolo, de retamones Teline canariensis de perfumadas flores amarillas, de morgallanas Ranunculus cortusifolius doradas y algaritofes Cedronella canariensis fragantes; en las costas, las lechugas y perejiles de mar Astydamia latifolia y Crithmum maritimum dan un nuevo color a la piedra negra y a la tierra; en los matorrales de las zonas bajas y medianías nos hallamos con los chagiles Convolvulus floridus cubiertos de racimos de flores blancas, con las coronas de la reina Gonospermum fruticosum que hacen honor a su nombre con sus flores amarillo brillantes, con las delicadas malvas de risco Lavatera acerifolia, así como con los impresionantes escapos florales de los palominos Echium simplex, hermanos pequeños de los famosos tajinastes rojos del Teide.
También los pueblos se colorean, pues a las plantas de jardín se suman las “malas hierbas” de bordes de caminos y tierras balutas, como son las amapolas Papaver sp., los relinchones Hirschfeldia incana, los cardos Sylibum marianum y Galactites tomentosa, las vinagretas Oxalis pes-caprae, las sonajas Echium plantagineum, etc.
Anaga, durante la primavera, presenta una enorme variedad de formas y colores que vale la pena detenerse a observar.
La fotografía está tomada en la Madre del Agua, por encima de San Andrés, el 27 de febrero de 2009, y es que este año, debido al invierno lluvioso y húmedo que hemos tenido, muchas especies han adelantado su floración. En la foto podemos ver en primer término un retamón, un tajinaste de Anaga y una regaljadera en flor; al fondo, las laderas aparecen punteadas de las flores amarillas de angojas y retamones.
Me ha encantado ir leyendo el texto y buscando fotos de cada flor. Muchas gracias por esa descripción :)
ResponderEliminarHola Rainman, gracias a ti por tu comentario (que siemprte son bienvenidos). Me alegra que te haya gustado la entrada.
ResponderEliminarUn saludo.