El interior del Monteverde se caracteriza por tener suelos cubiertos de hojame o montillo (hojarasca), por sus tierras oscuras y ricas en humus, y por la falta de luz que llegue al suelo. Esto es así sobretodo en áreas bien conservadas, en Monteverdes húmedos, ya que en las áreas secas abundan más los suelos terrosos, algo pobres, y cubiertos con las hojitas de los brezos.
En el sotobosque del Monteverde sobresalen numerosas especies de helechos, tales como la píjara (Woodwardia radicans) y el píjaro (Polystichum setiferum), el penco (Diplazium caudatum) y la helecha (Dryopteris oligodonta), entre otros de menor porte como la batatilla negra (Asplenium onopteris), el helecho de monte (Blechnum spicant) o la curiosa hierba candil (Asplenium hemionitis).
En el grupo de los arbustos destacan el poleo de monte (Bystropogon canariensis), la malfurada (Hypericum grandifolium) y el malforado del monte (Hypericum glandulosum), el mato negro (Phyllis nobla), el ortigón del monte (Gesnouinia arborea), la cresta de gallo (Isoplexis canariensis), la chajora blanca (Sideritis macrostachys), la magarza de monte (Argyranthemum broussonetii) y el pipe (Sonchus congestus), entre otros.
Plantas herbáceas comunes son la morgallana (Ranunculus cortusifolius), la pata de gallo (Geranium reuteri), la reina del monte (Ixanthus viscosus), el algaritofe (Cedronella canariensis) o el mato blanco (Pericallis appendiculata).
También están presentes varios tipos de lianas y trepadoras, como el corregüelón (Convolvulus canariensis), las zarzaparrillas (Smilax aspera y S. canariensis), la yedra de monte (Hedera canariensis), las zarzas (Rubus bollei y R. palmensis), la gilbalbera (Semele androgyna) y las bicacareras (Canarina canariensis).
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