Alzándose casi en mitad de los altos del Valle de Afur se encuentra este impresionante murallón de piedra, es el Roque Negro.
Este roque de más de 400 metros de longitud y 740 de altura sobre el nivel del mar, es un pitón fonolítico de tonos claros, pero cuyas piedras han sido oscurecidas por las “aguadas”, esto es, por el “mujo” de color negro que se forma en lugares por donde discurre el agua.
Al pie de esta muralla natural se encuentra un pequeño caserío que toma su nombre del roque.
En cuanto a la vegetación, la parte posterior y superior del Roque Negro se encuentra cubierta por un espeso Monteverde, mientras que su cara norte, al ser más vertical, se caracteriza por la vegetación rupícola.
Su inaccesibilidad ha favorecido, como en otros roques del macizo, el que especies raras tengan en sus riscos uno de sus últimos refugios. Aquí se pueden encontrar la única población conocida en Anaga (y segunda de Tenerife) de tabaiba de monte amarilla (Euphorbia bourgeauana), así como la escasa esparraguera de monte (Asparagus fallax) o la retama tagananera (Teline pallida).
La fotografía está tomada desde el Lomo Henchirés el 26 de junio de 2010.
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