La flora micológica comprende a las especies de hongos presentes en un lugar. Este tipo de "flora", aunque hay que indicar que los hongos forman un reino propio, es bastante desconocida para la mayoría, entre los que me incluyo, pero aún así intentaré dar un pequeño resumen sobre este curioso e importantísimo grupo de seres vivos basado en algunos trabajos que sobre el tema se han escrito.
En esta época de lluvias en la que nos encontramos son muchos los hongos que en todos los pisos de vegetación se desarrollan, no obstante, su abundancia sólo es reseñable en la zona de montes.
En el piso basal, es decir, en los tabaibales-cardonales, así como en la zona de bosques termófilos, podemos encontrar de forma esporádica especies como Astraeus hygrometricus, el curioso Battarea stevenii, Calvatia candida, Lycoperdon perlatum, Pisolithus tinctorius, Tulostoma fimbriatum, etc.
El sotobosque y aún los troncos de los árboles, vivos o no, del monteverde anaguero se cubre de multitud de especies de hongos macroscópicos, es decir, que se ven a simple vista. En este tipo de formación vegetal dominan los hongos que degradan los restos de árboles y maleza (lignícolas), sobre todo pertenecientes al orden de los Aphyllophorales, estando entre los más frecuentes Ganoderma applanatum, Stereum reflexum, S. rugosum, Fistulina hepatica, etc.
Otras especies también comunes son Mycena flavo-alba, M. epyterigia, Xylaria hypoxylon, así como la llamativa Laurobasidium lauri, etc. Algunos tipos, como este último, aparecen ligados únicamente a una especie vegetal, como este al laurel o Auricularia auricula-judae al til. Cabe destacar una de las especies endémicas de la laurisilva canaria, Phlebiella odontioidea, presente en Anaga.
Los hongos terrícolas están representados en menor medida, destacando Geastrum triplex y diferentes especies de Hygrocybe, entre otros.
Entre sus usos y aplicaciones, en Canarias casi no existe tradición micológica, a pesar de que, por ejemplo, en el monteverde hay una veintena de especies comestibles.
Las especies venenosas también crecen en nuestros montes. No obstante hay que mencionar que suelen ser pocas y de pequeño tamaño. En la laurisilva, la más común y grave es Clitocybe rivulosa, que puede causar problemas neurológicos, aunque la mayoría presenta como males los trastornos digestivos.
Asimismo también existen especies de interés medicinal.
La verdad es que el mundo de los hongos de nuestro territorio es uno de los más atrayentes. Yo, que soy persona de senderismo, siempre me quedo "embobado" comtenplando estas especies; que debemos cuidar y hacer cuidar.
ResponderEliminarSigue trabajando en tu Blog, no desfallezcas nunca.
Gracias, seguiremos en este mundillo mientras haya cosas que contar, ¡y la naturaleza de Anaga es inabarcable!, así que...
ResponderEliminarUn saludo.