Ya desde el domingo 31 de enero empezaba a llover de manera más o menos serena desde temprano, para amanecer el lunes 1 de febrero lloviendo insistentemente y, a ratos, de forma torrencial. Gran cantidad de rayos iluminaron el cielo durante todo el día. La noche del lunes y la mañana del martes el fuerte viento y la mar brava son los protagonistas.
Los barrancos de todas las zonas, sobretodo del litoral sur del macizo, subieron de repente de nivel, desbordándose algunos de ellos, como el del Bufadero o el de Tahodio. En este último la carretera ha desaparecido, aislando a numerosos vecinos.
Al barranco de San Andrés le faltó muy poco para desbordarse. Sin embargo, en este pueblo la mar saltó nuevamente la avenida en la noche del lunes, obligando al cierre de la misma.
Las zonas del interior del macizo sufrieron más los desprendimientos, lo que ha ocasionado el cierre de muchas de las vías de acceso. Es el caso de la banda de Taganana (Taganana, Almáciga y Benijo), El Batán, Roque Negro, Afur y Los Catalanes. Además, viviendas de Taganana y Roque Negro sufrieron inundaciones, y todos los caseríos perdieron el servicio eléctrico, telefónico y de agua.
El Barrio de La Alegría sufrió la caída de piedras de las laderas y pequeñas inundaciones. Lo mismo ocurría en Valleseco.
Sin embargo, una de las zonas más afectadas ha sido María Jiménez. La cantidad de agua desbordó el barranco, anegando la parte baja del barrio. Más arriba, la carretera de acceso a Valle Crispín y Valle Brosque, a la altura de La Charca, fue destruida por completo, incomunicando esta zona. Asimismo, en los Dos Barrancos pasó tres cuartas de lo mismo, dejando aislado Valle Grande.
Como muestra del temporal, un par de vídeos cuanto menos, inquietantes.
El tramo alto del barranco del Bufadero (después de Dos Barrancos) en la tarde noche del lunes 1 de febrero.
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